CARTA #131
¿Era eso todo lo que representaba para ti? ¿Un mero eslabón más en tu cadena de pasatiempos, mientras que para mí eras el centro de todo? Sí, mi todo... Y aquí estoy, despertando a la cruel realidad de que nunca fui más que una sombra en tu mundo, una figura fácilmente reemplazable en el fondo de tu escenario.
¿Por qué elegiste jugar así conmigo? ¿Te proporcionaba algún tipo de placer siniestro, alguna especie de diversión perversa verme colgado de tus palabras, de tus promesas vacías?
¿Y por qué no puedes simplemente enfrentarme, decirme en mi cara que nunca significó nada? ¿Por qué esconderte detrás de esa indiferencia gélida, como si yo nunca hubiera sido parte de tu vida?
Me siento engañado, traicionado, reducido a un mero objeto para tu entretenimiento. Y lo que más duele no es solo el haber sido utilizado, sino la frialdad con la que ahora me tratas, como si mi dolor, mi confusión, mi amor... como si nada de eso hubiera importado nunca.
Me revuelve el estómago pensar en cuánto me entregué, en cómo abrí mi corazón solo para que tú lo usaras como un escenario para tu acto egoísta. La mezcla de tristeza, ira y desilusión que siento es abrumadora... Y sin embargo, en el fondo, la culpa también me corroe, por haber permitido que me redujeras a esto, por haber confiado ciegamente en alguien que nunca vio más allá de su propio reflejo.
Así que ahora, lo que queda de mí se debate entre la tristeza y una ira amarga. Una parte de mí quiere gritarte, exigirte respuestas, mientras que otra simplemente quiere entender... ¿Cómo pude ser tan ciego? ¿Cómo pude pensar que valdría la pena para ti?
Me utilizaste, y esa es una verdad que no puedo escapar. Esta amalgama de emociones que me consume, esta sensación de vacío mezclada con un resentimiento que no sé cómo soltar... es todo lo que me dejaste. Y la pregunta que sigue retumbando en mi mente, una y otra vez, es: ¿por qué? ¿Por qué yo?
RECUERDA: El amor intenso no mide, sino que simplemente da.
Comentarios
Publicar un comentario