CARTA #116
Hola... ¿Cómo has estado? Perdona por escribirte tan tarde, la noche me encontró pensando en ti, no pude apartarme. Solo quería escribirte, saber de ti, sinceramente preguntarte, ¿cómo te trata la vida? ¿En su mar, logras navegarte?
¿Te cuida el destino, te da motivos para reír?
Espero que encuentres alegría, incluso al elegir.
Aquí, entre recuerdos, me atrevo a decir, tu risa es la melodía que me ayuda a seguir.
Hablando del frío, ¿recuerdas lo que solía decir?
"Abrígate bien", mi constante mantra, sin desistir.
Esos calcetines de colores, que te hacían sonreír, espero que los lleves, y en tu rostro, otra sonrisa puedan abrir.
Sobre la feria, ¿recuerdas esa promesa pendiente?
He estado practicando, creyendo que aún es vigente.
Imaginando ganarte ese oso, en un gesto competente, un sueño que guardo, con la esperanza aún latente.
Solo quería decirte... que te echo de menos, más de lo que imaginas, en cada esquina, en cada recuerdo, donde tu esencia aún camina. Tu risa, tu voz, todo de ti, en mi memoria se enlaza y domina, como una melodía dulce, que en la tristeza, su luz me encamina.
Bueno, cuídate. Desde este rincón del mundo, bajo el manto estrellado, te mando este mensaje, un poco cursi, triste, pero esperanzado.
Con la esperanza de que te alcance, en un susurro, no desgastado, de este corazón que, a pesar de la distancia, te ha guardado.
RECUERDA: Mi amor es la sincera decisión y la consecuente acción de crear un espacio de libertad para la persona amada.
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