CARTA #114
Ella... y su sonrisa de diamante
Me preguntaron por qué me fijé en ella, y yo respondí:
Tiene una sonrisa de diamante, tan pura y resplandeciente, que al reflejar la luz, ilumina todo lo existente.
Sus ojos, dos pozos de café, profundos y
brillantes, guardan secretos del alba, sueños vibrantes.
Su voz, melodía dulce, susurra como brisa en primavera, cada palabra que pronuncia, una canción que el alma espera.
Su risa, cascada de alegría, rompe cualquier barrera, es el eco de la felicidad, una melodía sincera.
En su andar, la gracia de los vientos, suave y sin prisa, cada paso que da, una danza, una promesa precisa.
Su cabello, cascada de ébano, en la noche se matiza, cada hebra, un hilo de misterio, en la luna se desliza.
En su mirar, la profundidad del universo, cálido y profundo, sus ojos cafés, refugio seguro, paz sin segundo.
Cada gesto suyo, un poema, un sentimiento fecundo, una obra de arte viviente, en el silencio, el amor más rotundo.
Por eso me fijé en ella, por todo lo que es y será, una melodía en mi corazón, que eternamente sonará.
No es solo su sonrisa de diamante, lo que mi ser aclamará, sino su esencia, su alma, en la cual mi amor siempre danzará...
RECUERDA: Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
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