CARTA #110

Mi dulce niño, a veces me pierdo en pensamientos fugaces, preguntándome qué maravillas podría lograr en solo un minuto... Podría intentar bailar, aunque probablemente tropezaría con mis propios pies en el intento... Podría intentar cantar, pero seguro que las aves se llevarían las alas a los oídos... O quizás, con un golpe de suerte, escribir un poema, aunque temo que las palabras se enredarían como hilos en un ovillo.

Pero si tuviera un minuto contigo, las posibilidades serían infinitas... No perdería ni un segundo para decirte cuánto te quiero, para mostrarte cómo cada estrella en el cielo parpadea al ritmo de tu nombre. Les he contado a todas ellas, una por una, sobre la luz que traes a mi vida, sobre la esperanza que siembras en mi corazón.

En ese precioso minuto, te llevaría de la mano para presentarte a la luna, mi confidente eterna, que ya está cansada, y probablemente celosa, de escucharme hablar sin cesar de ti. Hablaría de tus risas, que resuenan como dulces melodías en mis oídos, y de tus ojos, cuyo brillo rivaliza con el suyo, iluminando mis noches más oscuras.

Si tan solo tuviera un minuto... intentaría ser poeta, aunque probablemente acabaría rimando "cielo" con "suelo". Te contaría ese chiste del gato que "estaba 'perrón''"', solo para ver cómo se iluminan tus ojos al reír. Te confesaría cómo cada vez que intento ser cursi, termino enredándome en mis propias palabras, como un payaso en su acto, todo esto solo para robarte una sonrisa, para verte feliz, aunque sea por un instante.

Si tan solo tuviera ese minuto... Aquí estoy, contando los segundos, soñando despierto con ese instante fugaz. Un minuto contigo sería mi pequeña eternidad, un momento suspendido en el tiempo donde todo lo demás desaparece. Ese minuto sería mi más preciado recuerdo, un destello de felicidad pura guardado en lo más profundo de mi corazón. Pero el reloj sigue su marcha, y yo me quedo aquí, anhelando una realidad donde un minuto a tu lado no sea solo un sueño. Si tan solo tuviera ese minuto...

 

RECUERDA:No te aferres al odio o el dolor. Te roban la energía y te alejan del amor.

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