CARTA #107
Solo a ti, en la inmensidad de este mundo, te anhelo más que a los susurros del alba, más que a los secretos que guarda el crepúsculo en su manto estrellado.
Puede sonar simple, casi ingenuo, pero en la sinfonía de mi vida, solo tu nombre resuena, una y otra vez, solo a ti, solo a ti... Como la luna persiste en su danza con la noche, mi alma te busca, te encuentra y en ti se refugia.
Estas líneas, aunque no lo creas, brotan como un río tranquilo, porque este amor que me embarga, este sentimiento tan puro y sincero, nace y fluye solo por ti, en cada verso, en cada palabra.
Y ahora, dejando a un lado el velo de la poesía, te lo digo claramente, sin adornos ni metáforas: nunca pensé que podría sentir algo tan profundo, algo que llenara cada espacio vacío de mi ser. Agradezco a cada estrella, a cada giro inesperado del destino que me llevó hasta ti. Te quiero, con una simpleza que va más allá de cualquier poema, con un amor que no necesita de rimas para ser verdadero.
Te quiero, con la honestidad de quien ha encontrado en otro ser su complemento perfecto, con la certeza de quien sabe que no hay en este mundo otro corazón que responda al suyo con tanta claridad. En esas dos palabras, "te quiero", se condensa todo el universo de mis sentimientos por ti.
RECUERDA: Nunca digas adiós porque decir adiós significa irse lejos e irse significa olvidar.
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