CARTA #103

Te amaré... te amaré hasta que esa palabra pierda su significado...

Elegí amarte, elegí verte, incluso si esos ojos a los que tanto adoro no me ven a mí... Elegí amarte hasta que mi último aliento susurre tu nombre. Es una promesa, triste pero hermosa, de amarte en silencio, de guardarte en un rincón especial de mi corazón que solo tú ocupas, aunque nunca lo sepas.

Te amaré hasta que la palabra amor pierda su significado... hasta que esa bonita palabra se disuelva en el viento, hasta que el eco de 'te quiero' se vuelva tan frágil que solo el silencio pueda recordar su melodía. Aunque el mundo olvide qué significa amar, yo seguiré recordándolo cada día, cada momento, porque cada instante de mi vida está impregnado de ti.

Te amaré en la noche, en el día, en las lluvias y huracanes... en la felicidad y en la tristeza... en todo lo que puedas imaginar. Con cada amanecer, mi amor por ti renace, luminoso y vibrante. Pero a medida que el día avanza, y el sol se esconde, mi corazón también se entristece, sabiendo que otro día pasa sin que tú sientas lo mismo por mí.

Te amaré tanto que... crearé una nueva palabra para todo lo que siento por ti. Una palabra que englobe la profundidad, la intensidad, la eternidad de este sentimiento que vive dentro de mí. Será una palabra nacida de la tristeza y la belleza, de la esperanza y el desconsuelo, porque amarte es tanto dolor como alegría.

Te amaré tanto... que cada suspiro mío llevará tu nombre, cada lágrima será testimonio de este amor que no conoce fin. Te amaré en mis sueños, donde podemos ser todo lo que en la realidad nos está negado, te amaré en mis despertares, cuando la crudeza del día me golpee con la verdad de tu indiferencia...

Te amaré, siempre, incondicionalmente, irrevocablemente, hasta que el universo mismo se olvide de girar, hasta que las estrellas dejen de brillar, hasta que el tiempo diga su último adiós...

Te amaré... tan solo te amaré...

Porque amarte fue lo más hermoso que me pudo pasar... Desde el momento en que te conocí, todo cambió. La tristeza de mi mundo se tiñó con colores que nunca había imaginado, y cada día desde entonces ha sido un descubrimiento de lo mucho que puedo sentir, de lo mucho que puedo dar. 

Porque supe... que una persona rota como yo puede llegar a amar, que alguien como yo puede llegar a sentir... A pesar de todas las cicatrices, de todos los muros construidos a lo largo de los años, tu presencia los derribó, me mostró que incluso los corazones más lastimados pueden volver a latir con fuerza, con esperanza.

Te amaré incluso después de la muerte... seguiré amándote. Si el alma realmente viaja a través del tiempo y el espacio, la mía siempre te buscará, siempre anhelará estar cerca de ti. Porque este amor que siento por ti no conoce fin, no entiende de límites ni de finales.

Te amaré, siempre y para siempre, más allá de este mundo y de este tiempo, en cualquier forma que pueda tomar mi ser. Porque amarte es la esencia de mi existencia, el propósito que da sentido a cada uno de mis días.

Te amaré... tan solo te amaré... hasta que las estrellas dejen de brillar en el cielo y el universo se rinda al silencio.

Cada verso que escribo, cada línea de poesía, cada melodía que resuena en la soledad de la noche lleva un pedazo de ti, un reflejo de la pureza y la belleza que tu nombre evoca. En cada página de mi vida, tu esencia está tejida con hilos de ternura y admiración.

Este es mi adiós, no con tristeza, sino con la promesa de un amor que atraviesa el tiempo y el espacio. Te amo, en la tranquilidad de la luz lunar y en el susurro de las estrellas. Te amo, y en cada destello nocturno, espero que sientas la profundidad de estos sentimientos que, aunque no pronunciados, están eternamente dedicados a ti...


RECUERDA: Te amo porque el universo entero conspiró para ayudarme a encontrarte.



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